lunes, 23 de agosto de 2010

MÍSTICA EN LA CASA

En las lejanas tierras de la anciana Paz,
allá donde la serpiente duerme en lo más hondo de ti,
una voz poderosa grita tu nombre de árbol encendido.
Hazle caso, y ve deprisa a donde el manantial de agua fresca,
ella te espera sin esperarte con los ojos cerrados.

Ve, llega y siéntate frente a ella,
sé el moscardón inoportuno que perturba su descanso.
Revolotea con tu ruido impertinente,
haz que sus ojos despierten y sientan curiosidad,
serás agradecido y honrado por ello.

Luego, tal vez, despierte la serpiente
y os abrace.

1 comentario:

Maria Coca dijo...

Enigmático poema que encierra muchos significados. Interesante, amigo.

Un abrazo.