Fugaz como la estrella,
malo y maldito entre los benditos,
muere y desnuda,
recuerda y despierta.
Llévame al cuento de esta noche,
y antes de cerrar los ojos,
hazme tormenta en el olvido
y atropella mi cuerpo con ganas.
Abre la ventana y no llames a la policía,
la muerte no es urgente,
deja mi cuerpo liviano ya sin peso,
fugaz y débil como recuerdo perfumado.
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