jueves, 15 de mayo de 2008

ECOLOGÍA


                                                                                            Gabriela Trejo


Aquello que duerme en mí
es fruto de todas las cosas;

lo que mis ojos ven,
lo que mis manos tocan,
son recompensa sembrada por otras manos,
por otros ojos que a su vez duermen en sí;

duermo en el universo,
presente y eternidad al tiempo,
con el aire que respiro,
el árbol que acaricio,
las buenas gentes que están conmigo.

Soy acción y entrega,
mundo que acontece y no huye.

¡Fluyo río de las cosas!



7 comentarios:

carlota dijo...

Me descoloca un poco cómo está utilizado el verbo dormir en este poema. Si el final del poema se reafirma en la acción y en ese fluir como río... entonces ese dormir de las cosas que duermen en el poeta y ese dormir en el universo... quizá se entiende como relajación, como aceptación placentera de lo que se recibe y lo que se da. Y de la comunión con la naturaleza y el universo. QUizá.

Maria Coca dijo...

Vivimos encadenados y como dice Jorge Drexler en una de sus canciones, todo se transforma. Somos parte del mismo engranaje, tal y como expresas en esta ocasión, con bellas palabras.

Besos desde mi orilla.

fotosbrujas dijo...

Es tan bello que parece una oracion
saludos brujos

silvia camerotto dijo...

el río que no volvemos a pisar. el otro. nosotros. el yo-tú. todas las cosas.
un saludo.

eldiaridekafka dijo...

Todos venimos del mismo residuo estelar. Todos somos el universo, vagando juntos. Aunque a veces no lo parezca.

Maybe dijo...

Puede que lo que tus ojos ven y tus manos tocan sean recompensas sembradas por otras manos, pero tus poemas son nuestras recompensas
Saludos.

Manuela Fernández dijo...

Hoy tu poema parece no tener límites: universo, eternidad... todo un "fluir" de palabras.