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Y cuántas veces los vimos en el parque
desnudos los pies en la hojarasca,
aquel tiempo de lejos, ahora de cerca
a nuestros ojos, tronos colocados de amor.
Y cuántas aprehendimos de las manos el bien,
la manera de entrelazarlas adecuadamente
entre tantos y tan opuestos movimientos,
falanges adoloridas de tus ojos de lienzo.
Y ahora nosotros, pies de escultura hojarasca,
quejumbrosa impronta de aires movedizos,
que supimos de aquel hermoso dolor feliz
en otros rostros, ahora, nosotros, digo, amamos.
Ilustración de Joan Miró, Retrato IV
3 comentarios:
Magistral. Colorido como la ilustración que acompaña y dulce. Me encantó.
Besosss
Pues igual digo una tontería, pero a mí, la elección del retrato abstracto (cubista?) de Miró me lleva a la idea de que tiene mucha relación con la manera en que está escrito este poema: me atraen los hiperbatos, que tú utilizas habitualmente, pero aquí destacan especialmente... para llegar al resultado final con ese "amamos".
Creo que es necesario haber respirado esa soledad, haber sentido esa angustia, haber estado realmente sol@ para poder alcanzar ya luego sí, después, el amor.
Esto es lo que me dio por pensar tras leer tu poema.
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