En el día de hoy y en todos los días
dame para comer el alimento sagrado.
Sé (así ha de ser) el alma de mi revolución.
Ayúdame a cerrar las puertas,
pero ten cuidado: las letras no deben caer
en la tierra.
No debemos ser olvido.
El olvido no es bueno,
y hace mal a los hombres.
Si llueve demasiado como si no,
dame en el día de hoy y en todos,
tu alimento sagrado, pasto en el valle.
Debemos cuidar el olvido.
Debemos cuidar el amor.
Debemos ser revolución.
Cuerpo y alma,
noche y día;
conciencia.
1 comentario:
Un poema muy reflexivo y envolvente. Me gusta la forma y por supuesto, el contenido.
Besosss
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