Miro el camino,
los árboles quedan a un lado.
Dan vida sus hojas al techo natural
donde obran infinitos ojos que brillan.
Escucho silencios de tu boca anaranjada.
El murmullo sordo de lágrimas invisibles
resbala como aliento pacífico, lo miro.
Se hace ya la noche.
Lo extraño duele.
El hermoso dolor de la ausencia
se borda con fino hilo en el pecho caliente.
Se irá cuando mire cómo duermes.
Se irá cuando mire cómo duermes.
Vendrá la hora de arropar los ojos.
Sus huellas pedirán tus locuaces silencios
a gritos visibles, en infinitos ojos que brillan.
3 comentarios:
Apreciar, hallar belleza, en la extrañeza, en el dolor de la ausencia, en los silencios... Atenuado todo en la tranquilidad de ver dormir, "de arropar los ojos". Qué tranquilidad transpira esa contemplación.
Un abrazo
Contemplar un color y plasmar las sensaciones que nos evoca es todo un ejercicio de introspección, como este poema.
Besos
Finalmente, necesitamos conectarnos con la naturaleza y dormir en sus colores para realmente ser y sentir la VIDA...LA PAZ...EL AMOR.
Bella reflexión en forma de poema.
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