domingo, 20 de julio de 2008

VIAJAMOS II


¿Qué es esta lámpara de Aladino
que retoma su calor tormenta y revela
los días como eternidades?

¿Por qué tocan mis dedos el agua y siento frío,
por qué no me resisto al trasiego,
desolación mía, de tu pecho caliente?

Sopla de costado incierta magia,
la maleta preparada, los regalos en papel sorpresa,
la pegatina de colores con tu nombre escrito.

Viajamos. Nos borramos y nos escribimos
con el deseo de ser viento perdurable,
hilos de imprudente cordura enajenada.

Precisamos de este ritual, de marcar el territorio
atemporal que nos envuelve y del que no sabemos
nada, ni donde empieza ni donde acaba.

Es el pulso del alivio de los cuerpos entregados
en la zona de equipajes; nos miramos sin decirnos nada,
tu mano aprieta la mía, todo comienza de nuevo.

3 comentarios:

Maria Coca dijo...

Comenzar un viaje hacia el misterio. Y bien acompañado. No es eso la felicidad?

Besos

carlota dijo...

Viajamos.
Me dejo llevar por el ritmo de poema. Siento como si una brisa nos transporta, al lector, con calma, con deseo, con la conciencia de que es así y hay que dejarse llevar.
Viajamos, viajamos...

Marcia dijo...

Bello poema José Luis.
Gracias
Un abrazo