De los versos de este camino
nada queda sino ausencia,
fiel compañera de mi espíritu.
Las hojas de este otoño antiguo
ya invierno que pisan mis huellas,
qué son sino sonora distracción
de un ánimo ausente, e invisible
comedia de quien se siente nada.
¡Oh sí! Ausencia de mi felicidad.
Y sin embargo insisto en ella,
labro en la tierra su simiente,
féretro de pétalos de mi bien y de
mi mal, dulce pan de flor.
4 comentarios:
la Melancolia y la ausencia que mas puedo decir hay que sufrir mil veces para ser feliz otras mil ...
saty : ) buen blog
Recurres de nuevo a las flores, no sé si para acentuar el olor a muerte... No sé bien qué decirte.
Bueno. Me ha hecho pensar mucho este poema. Me atrae especialmente. Empiezas hablando de ausencia y de sentirse nada, y de una búsqueda infructuosa de la felicidad.
Y luego, me da la sensación de que se asume lo bueno y lo malo de uno mismo. Aunque uno se sienta nada, no deja de haber un fruto, el dulce pan de flor.
Eso me sugiere.
Un abrazo
La ausencia es sin duda la más avasalladora e impertinente de las presencias.
Cariños, amigo de las letras.
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