
La luz tibia de esta tarde
apenas da alivio a este cuerpo mío,
ahora que sobre la mesa
quedan los restos del día.
Las notas a lápiz que leer,
los filmes piratas de regalo,
aquello que me impulsa a ser
letra garabato en el río de las gentes.
Palabra que es desconcierto,
de nube blanca en la noche y
de hielo en la mañana, apenas
un amor, un cuídate tú también.
Apenas queda una oración,
un arroz blanco que comer,
una vieja escalera sin peldaños
para crecer más deprisa en ti.
Los restos del día sobre la mesa,
lo que queda de mí ya no es mío,
como tampoco estos versos sin alivio
en la tibia luz de esta tarde.
Ilustración de Ana González
4 comentarios:
Inmensamente triste me resultó este poema pero me apeteció jugar con los versos que dejaste cogiendo los primeros:
La luz tibia de esta tarde
las notas a lápiz que leer,
palabra que es desconcierto,
apenas queda una oración,
LOS RESTOS DEL DÍA SOBRE LA MESA,
en la tibia luz de esta tarde.
Me quedé igualmente observando la imagen, me llama mucho la atención el "garabato" blanco sobre ese color de fondo, "garabato" que metiste para este río de gentes que somos todos.
Comparto las apreciaciones de Ana y ese paso por la vida con "los restos del día sobre la mesa". Muy de adentro sale esto.
Esos restos del día están cargados de melancolía, de acciones no hechas y recuerdos trastocados por la luz que cae. Me sentí como narras.
Magnífica ilustración además.
Besos y Felices Fiestas, José Luis.
... En pos de esta amistad literaria, debo decir que te he leído varios mucho mejores. Sin embargo, rescato la figura de los restos del día sobre una mesa, así como las migas del desayuno que por apuro u olvido no se recogen...
Y sin embargo, me encanta como escribes. Un beso grande desde mi tembloroso Chile...
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