jueves, 8 de noviembre de 2007


Ve, corre,
camina por los mundos,
sé pies y manos,
peldaños de escalera.

Crece en la maleza,
fino talle y cuerpo de junco,
antorchas son tus ojos,
ahora que la luna descansa.

Y de ella bebe el agua que mana,
en tus manos, en tus ojos volcanes,
y adónde quiera que llores,
allá será tierra, árbol y manzana.

Ilustración de Eva Gonzalo

6 comentarios:

Manuela Fernández dijo...

Tu poema es todo un canto a la vida.
Saludos.

Mallén dijo...

Toda una alabanza a Gaia. Muy bello. Un beso.

carlota dijo...

Un imperativo que incita a actuar y a mezclarse con la naturaleza, de la que viene y a la que va todo. Como un ciclo.
Somos naturaleza, dices tú.
Un abrazo.

Maria Coca dijo...

Un poema que ofrece libertad. Como ya te han comentado, todo un canto a la vida. Me gustó, una vez más.

Besos desde mi orilla.

Ana dijo...

Qué belleza de poema.
Me dio por pensar que efectivamente solo avanzando se pueden llegar a obtener los frutos esperados. Solo caminando se va haciendo camino y solo el agua que mana está viva...

Sandra Figueroa dijo...

Hermoso, un poema que se respira. Saludos.