Sus ojos vieron aquel árbol más allá del camino
y enseguida la bella oscuridad dio por acunar el día.
Soñaba entonces el hombre que bailaban los luceros,
que era fuente de amor y que de su agua él bebía.
Pensaba que era murmullo de río y saludaba a las criaturas
y a las fieras que en la verde pradera pacían; dichoso era.
Agua de paso, soñaba que él crecía y que sus ojos líquidos
ya eran claros y que veía más allá del camino
aquel árbol que era sentimiento de amor;
ahora que vestía ropa planchada de amable frialdad
y calzaba zapatos de paso lento. Seco caminar
en este silencio arropado, ya madrugada de sueño.
Fotografía de Giedrius Varnas
6 comentarios:
Aveces algun arbol seco en mi camino me recuerda tristezas pasadas. Chauuuuuuuuuuuuu
Uff, cuando lo que se vislumbra se denomina como "fuente de amor" "sentimiento de amor" pesa entonces el calzado, sí, y ese paso lento que nos retrata y que no nos deja ver con nitidez más allá del camino...
Es jodido caminar en seco en ese silencio que todo lo envuelve, deberemos quizá poder arrastrar el sueño más allá del alba y no temer la cegadez de esa luz que sabemos que es fuente de mayores energías...
Chungo el camino pero dejaremos atrás las curvas, eso es seguro.
((seguí con tus palabras pues esto es más menos lo que sentí al leerte))
Un simple árbol capaz de inspirar todo un universo y "acunar el día". Me encanta esa imagen. Hermoso, una vez más.
Besos desde mi orilla.
El arbol, el camino, el silencio y la noche con madrugada...
a mi me gusta, ese caminar más allá del camino.
:D
Entre el soñar y el vivir hay un camino que a veces se hace imposible de poder transitar. Es entonces cuando los sueños se convierten en nuestra propia existencia.
estupenda elección la de la imagen , no imaginas cuantas veces he buscado esos árboles. En ocasiones creí verlos. saludos brujos
Publicar un comentario