lunes, 21 de marzo de 2011

SOBRE LAS NUBES

A Gabriela

Cuando el polvo rojo viene a mis ojos
y las mismas montañas son mis manos,
cuando eso ocurre,
soy el alpinista que siempre quise ser;
aquel cuya bandera ondeó en lo más alto,
                                      /sobre las nubes.
Era el primero de los tiempos,
cuando el cielo de miel (tu pelo)
no era más que callejones de nubes
y mis dedos como gatos no sabían dónde
                      /buscar el alimento sagrado.
Entonces decías, lo recuerdo,
"El amor es como un templo,
los vientos lo fortalecen,
sean del norte o del sur,
ponientes, madrugadores, silentes,
o de las mismas montañas"


1 comentario:

carlota dijo...

Siempre asisto a tus versos con veneración.
Enhorabuena por tus letras.

abrazos