Alguien busca los tesoros,
alguien los escondió en una isla lejana,
alguien dibujó mi corazón en un mapa del tesoro,
consecuentemente alguien vendió mi alma al diablo.
Vamos, ven y muéstrame el camino,
dame esa crema que quita las arrugas de mi rostro,
quiero ser joven como tú y comerme el mundo
en un cucurucho de papel.
Vamos, esta noche es la noche de los incendios
y de los mares, y de los océanos del cielo,
vamos, ven a mi lado y al de toda esta gente
que como yo quieren tener sus sandalias de melón.
Y luego, déjame hacerte el amor.
Compraremos cerezas en el puesto de John Donne
y tocaremos el tambor que anuncie la revolución,
con nuestros rostros ya sin arrugas, cuerpos de juventud.
Vamos, seamos los amantes, los padres y los hijos,
las estrellas, las galaxias y los agujeros negros,
seamos todo esto y más, hasta el final de la materia,
hasta el fin del mundo seamos principio de nosotros mismos.
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