Quiero dejar los vestidos,
pegar un mal puntapié a este corazón ropero.
Ser, eso quiero, madera de roble,
puerta corredera y espejito que me diga la verdad.
Quiero, deseo, vaciarme, desprenderme.
Allá adónde sea entregarme a la ausencia con peso liviano,
vestirme sin lastre alguno...
Y así, sin nada, abiertos ya mis ojos,
por ellos penetra el aire y la luz,
ser viajera como el polvo que embellece el aire.
1 comentario:
Viajar sin descanso por el mundo y por todos los mundos. También yo deseo ser viajera.
Un abrazo.
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