miércoles, 10 de febrero de 2010

PEQUEÑA REFLEXIÓN DE UN HOMBRE INACTIVO


No cuento ni calculo.
Simplemente me detengo a contemplar
el mar y las estrellas,
y con ello me distraigo.

¿Me querrás así?
Tú dices que el camino espera,
y que corremos el peligro
de no llegar al fin.

Esto me intranquiliza.
No quiero fin. Quiero vida.
Minuto a minuto.
Punto precedente o siguiente.

3 comentarios:

carlota dijo...

Perfectamente explicado.
Seremos suficiente para el otro? Llegará el fin?
Lo cierto es que no depende de nosotros. La vida nos lleva. Y el amor... depende de dos voluntades.
Muy cercano para mí hoy tu poema.

Maria Coca dijo...

También yo quiero vida.
Segundo a segundo.

Buena reflexión, amigo.

Mallén dijo...

La contemplación es tan mal entendida, querido amigo! El que contempla ahí se queda, disfrutando, mientras el que ve al contemplante se retuerce inquieto, lleno de preguntas.