Me gusta sentirme universo azul entre tus piernas,
movimiento, luz, vapor, papel escritura y copa de vino,
cortina de agua clara despierta a las seis de la mañana,
montaña verde, aves en Caracas.
Vuelan en cada uno de tus infinitos cuerpos
tantas palabras, tantos deseos, árboles,
dedos imperfectos en las cosas que vemos,
piel de instante y transporte, tu mano en la mía.
Ya es luz sin hora que me despierta y respira.
Hay que vivir en el bronce de tus cuerpos,
sin mesura en el azul universo dentro de ti,
desde el corazón a los dedos de esta montaña.
2 comentarios:
Ese primer verso es impactante, de esos que me deja la boca entreabierta... Un poema de piel y de aromas y de sentirse vivo.
Qué bien te han sentado las vacaciones.
Un abrazo
Caracas, un cerro Ávila guardian de un mar de caos.
Saludos
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