El niño canta
y no llora,
dejó pan en el camino
y se lo comió la fiera.
Ven de mi mano al río,
allí cantan las lavanderas
y las fieras las escuchan,
no dejes pan en el sendero.
Ya vienen de más allá del prado,
la luna que nos mira lo dijo:
hay un niño de canto de lluvia
que deja pan en el camino.
6 comentarios:
Intrigante poema, parece sencillo y a la vez ocultar un misterio.
Me gusta el misterio que has encerrado en ese poema(humildemente)
Pues sí, es un tanto inquietante. No me atrevo a interpretar.
Por un lado, me recuerda a Hansel y Gretel cuando dejaban pan en el camino para poder volver a casa después de que la madrastra los abandone.
Aquí, sin embargo, el niño parece bien acompañado de las lavanderas que cantan a la orilla del río. Estas lavanderas me llevan a la temática de la poesía tradicional, la de las lavanderas y los encuentros de amor a la orilla del río.
Pero no sé cómo se junta todo, lo confieso. Me preocupa qué le pasa a este niño de canto de lluvia.
Un abrazo
Este poema es muy diferente a lo que nos tienes acostumbrados, Jose Luis. Tiene el estilo de una canción, colorista y festivo. El título le va como anillo al dedo. Y a mí no me resulta inquietante sino todo lo contrario. Es curioso cómo cada cual es cada cual...
Besos desde mi orilla.
Interesantísimo poema, con mucho bagaje tradicional de fondo. La fiera, las fieras, las lavanderas, el río, el pan... Precioso.
Llegué acá desde Blogueratura. Un hallazgo verdaderamente.
Saludos.
Verónica
Uff, entiendo aqui que la fiera es el tiempo que todo se lo lleva y hay como un aviso "no dejes pan en el sendero"...
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