
En memoria de Anna Frank y de aquellos que no están
La niña que ya no está
tiene ojos de castaño, y
lágrimas blancas, flores
como verdes por dentro.
Escondida en la luna de cristal
abrazan sus brazos el río,
y no quisiera, no, que se fuera,
y llora la niña como novia sin consuelo.
Y sus lágrimas que eran blancas
se las llevó el viento caprichoso,
malvado en humo de hechizo, y
traje a rayas de ceniza fueron.
Quedó el río sin novia y compuesto,
sin niña que lo mirara
recién lavada la cara cada mañana,
blanca la carita, verdes los ojos de castaño.
2 comentarios:
Mis diarios de vida de pre adolescente eran conversaciones mantenidas en sueños con Ana Frank. Y oí por ahí que cortarían el árbol del que habla la niña en su texto, porque una enfermedad vegetal estaba pudriendo sus raíces. Una pena.
Gracias...
Sabes? este poema me llevó a un extracto de Camarón de la Isla, en Ná es eterno, te lo dejo:
...ya no viste la luna su velo de seda negro
ya no baja a mirarse en su azul espejo
el sol le dio a la luna un desengaño
se siguen de lejos,se siguen mirando...
Quizá no haya distancia capaz de hacer borrar ciertas cosas.
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