domingo, 23 de septiembre de 2007

LA SANGRE DE ELLA


Despierto soñando.
La sangre fluye por sus venas,
recorre la morada, los campos
el amor verdadero.

Los riega con tierra de aquellos
espíritus que quedaron en pie
atenazados en la arena de la playa,
palpitando sombras.

Aquel que puede verme
me busca más allá del sol,
en el alma de las criaturas
atadas a las tinieblas.

Aquel que despierta y sueña,
a través de los océanos del tiempo,
podría tomar tu mano,
aprender a amarte al borde de la muerte.

Dibujaría un lugar hermoso,
hubo una vez una princesa,
amor de nuestras manos,
fugaz como las estrellas de Bagdad.

Ilustración de Gabriela Trejo

5 comentarios:

Tris dijo...

Me vi al borde de un acantilado... intentando dar un paso atrás.

"...Aquel que despierta y sueña,
a través de los océanos del tiempo,
podría tomar tu mano,
aprender a amarte al borde de la muerte". Ufff!!!

;)

Maria Coca dijo...

Cielo y tierra, luz y tinieblas de la mano que se unen para recorrer el amor de punta a punta. Precioso Jose Luis, como siempre.

Besos desde mi orilla.

Anónimo dijo...

Como las estrellas fugaz, cada momento...

Un beso.

Mallén dijo...

Este poema me causó saudade, como dicen los portugueses... Será que siempre he esperado que me vean de ese modo...
Vuestro requerimiento surgió en frutos, en mi espacio.

Manuela Fernández dijo...

Sólo quien escribe una poesía sabe realmente lo que hay detrás de ella, sin embargo siempre hay como una mano que nos conduce a algún lugar dentro de nosotros mismos.
Un saludo.