
No siento retraso alguno en mi vida.
Todo ha venido a su hora, y
a su hora todo se ha ido.
Hoy desembarco en este fondo de mar, y
apenas veo la luz,
equipaje de mi retiro.
Siento,
no falta aire
ni arena de plomo que pisar.
Atraco en ella los pies.
Espero de mi cuerpo ser enredadera
que trepe allá donde mis ojos vean la luz.
6 comentarios:
Hola, pasaba por acá y encontré interesante tu poema.
Salu2
Qué contundente y qué seguro. Y qué afortunado, diría yo. Que todo haya llegado y se haya ido a su tiempo. Y que uno esté en el fondo, pisando firme, con la vista puesta hacia donde trepar. Desde el fondo, sólo queda subir.
Como siempre, un placer leer este poema tuyo.
Abrazos
Entregas paz y tibia confianza.
Dejas una especie de sensación de muerte pasada sin renacimiento y sin embargo con matención de conciencia...
Me agrada mucho. Gracias.
mientras leo se me corta la respiración, nada en realidad tiene tiempo o causa justa...sino porque somos felices solo a momentos...y el resto de tiempo nos conformamos con saber que la vida no nos tiene nada pendiente?
Esas letras que lanzas desde el fondo del mar transmiten serenidad y confianza, a pesar de estar en bajo la superficie. Pero con la seguridad de avanzar en busca de la luz. Estar en el fondo del mar te hace brillar, José Luis.
Besos desde mi orilla.
Excelente, ese paso del tiempo... sin retraso, puntual en su venida en su ida... cuanta luz hay en tu fondo de mar.
;)
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