Siento que esta manera de soñar, de mirar la vida,
de sentirme fotografía del recuerdo a menudo desenfocado,
por extraño que sea me hace vivir, y también morir.
Sueño natural despierto,
liberado de la verdadera noche
donde no hay nada que soñar,
sólo materia inerte, figuras descompuestas.
Esclavo, sirviente de los días que se evaporan
y de las nubes a las que mi turbado pensamiento
modela, algodón de ilusión es este vestido mío de engaño.
2 comentarios:
Siempre son preferibles los sueños que tenemos despiertos, más que los dormidos, porque estos primeros van plagados de ilusión.
Soñar que soñamos es ya una ilusión, a pesar de sentirnos como la botella medio vacía.
Un poema con sentimiento, enhorabuena.
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