
Que por mayo era, por mayo,
cuando los grandes calores,
cuando los enamorados
van servir a sus amores,
sino yo, triste, mezquino,
que yago en estas prisiones,
que ni sé cuándo es de día
ni menos cuándo es de noche,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor;
matómela un ballestero:
¡Déle Dios mal galardón!
Romance lírico del siglo XV
Fotografía de Olivier Follmi
Fotografía de Olivier Follmi
No hay comentarios:
Publicar un comentario