Necesariamente es tiempo de vivir.
¡Cómo máquinas! ¡Capitanes que se niegan
a abandonar el Arca de Noé!
Insisto, hay que matarse a vivir.
No olvidemos pues las caderas, ni
las tormentas en la noche.
Vivamos en las nubes.
Seamos los eléctricos de nuestro propio filme,
e iluminemos con los brazos abiertos toda la ciudad,
todos los corazones en las tinieblas.
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