lunes, 27 de diciembre de 2010

DESPEDIDA

Liviano de peso marcha,
y nadie sale a su encuentro,
salvo las hojas, sin nada escrito,
que caen de los árboles.

Se siente sol frío,
azul que luego será oscuro,
oscuro que devendrá infinito,
infinito sin puertas ni ventanas.

Se oye el llanto de quien le amó,
el silencio de las manos que lo acompañaron,
la soledad de los ojos que nunca amó,
la lluvia triste de un papel mojado.

1 comentario:

Maria Coca dijo...

Una despedida en silencio.
Un adiós a gritos.

Precioso.

Feliz Año nuevo.