Gabriela Trejo
Pensábamos entonces en un mundo feliz
y en que todas las cosas eran posibles,
los variados ensueños y las desilusiones,
los árboles de lilas o los temblorosos helechos,
la alegre tristeza que sacudía el alma.
Ahora aquello es ya tan solo vapor,
un mero recuerdo que presencia mudo
esta penumbra sin alegría,
esta piel de costura olvidada,
talla grande, nocturna,
de la manzana en tu mano.
Codicio aquel mundo,
la silueta de una tierra sin nombre,
aquello que veo en otros ojos,
en otras manos cada día.
5 comentarios:
Tu poema arrastra una gran carga de melancolía. Ultimamente creo que me ocurre algo parecido, también "codicio aquel mundo" sencillo de antes, y envidio, probablemente sin razón, lo que descubro en los demás. Bueno, me ha gustado leerte, espero pasar a menudo.
Un saludo desde mi balcón.
Elisa.
Simple y sencillamente,me gustó,
es mucho lo que trasmite.
Un saludo
Que desolación sentirse como en un borde del camino...
Saludos.
gratamente estoy conociendo tu blog, tu manera de escribir me hizo leer algunos de tus posts
saludos!
Yo me pregunto si la experiencia, el conocimiento, conlleva inevitablamente a la desilusión y a la añoranza. O sólo nos pasa a unos pocos?
Me llama la atención el verso "codicio ese mundo" por el verbo que utilizas. Codiciar sería desear con avaricía o algo así, no? Por tanto, no es mera añoranza, va cargada también de cierta rabia, de inconformismo.
Y tantas cosas que se me escapan...
Seguimos.
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