Gabriela Trejo
Abro la ventana,
todo ruido cesa:
las flores en tu pelo,
los ríos en mi mano.
Tiempo fugaz,
ya abro la ventana,
pues toca la luz del alba.
¿Así me tratas?
Muero en tu claror,
en el sol que me das,
en el viento que me ofreces
como boca de pez.
Y así ya no besaré la tierra
hasta que tú, fugaz,
cierres los ojos, y sea escalera
de nuevo en tu cuerpo.
8 comentarios:
No sé si en medio de esta gripe maldita estoy a la altura del sentimiento poéticamente expresado. Mensaje urgente, creo josé luis que tú y tus lectores deberías tickar en el link de mi blog (La cueva del gigante) sobre el de mi compañero Álvaro (Diario de un dios equivocado) Lo que cuenta ocurrió este jueves y es real. Besos.
Abro, entonces, la ventana del deseo y dejo volar las palomas hacia la desnudez de tu infinito.
Un poema que abre umbrales para seguir construyendo nuevas escaleras.
Un abrazo
Oye, qué preciosidad me pareció este. La vi aparecer cual estrella, me encantó!
De entrada, la imagen es maravillosa e idénea para estas letras fugaces de un amor que también lo es. Enhorabuena una vez más.
Besos desde mi orilla.
He vuelto de mis vacaciones y paso a saludar... llego con aires renovados, buscando poesía. Y aquí siempre la encuentro a raudales.
"Muero en tu calor, en el sol que me das, en el viento que me ofreces como boca de pez..." y yo vivo con tus poemas.
El amor siempre es la danza de los cuerpos, la maravilla y también el no saber...bella manera de describir ese no sé qué del amor y la pasión. Me gusta esa mezcla musical que se siente en tu poema.
El amor como motor de la vida, como si todo lo demás fuera un transcurrir hasta que llega de nuevo el momento del encuentro. Pero sigo viendo el lamento de la fugacidad. O a lo mejor es mi interpretación. Quizá el amor no podría ser entendido con esta intensidad y pasión si se entendiera como eterno, previsible, cotidiano. Quizá...
Abrazos
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