
1.
La mano que me es viento,
atributos de ojos en pasmo,
agarra el placer que pasa.
Me sorprende esta vida,
tesoro impagable de errores,
y entiendo en ello el disfrute
de las horas fugaces.
2.
De niño ahora mismo,
de mayor unas horas después,
siempre quise tener una alfombra
de Babilonia, un viaje lejano,
unas nubes de gato que tocar.
Y calladamente, sí, volar...
discurrir como sombra de pájaro,
abdicar de la fotografía de mi propia vida,
apenas un rastro de sentimiento pálido
de azar.
Ilustración de Moti Sagron
5 comentarios:
La vida, después de todo, es esa mano, horas fugaces, sueños azar... justo como la describes, con tu toque mágico.
Besos desde mi orilla.
Tus improvisaciones,te llevan de la mano hacia nuevos horizontes.
Sigue.Un Saludo grato
La vida sin errores no sería sino una hija pálida e insulsa...
Qué bellas letras, querido.
Precisamente porque todo es azar y las horas se fugan, precisamente por esto y por más hay que hacer lo posible por disfrutar
... Y calladamente, sí, volar...
Utilizando tus mismas palabras te diría que si pudiéramos agarrar con nuestras manos las horas que pasan, las nubes de gato... entonces, la felicidad no dependería tanto del azar.
Pero la vida es eso: viento.
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