
Te miro por mucho tiempo.
Soy carne y fluye de mí lo necesario para amarte,
el aliento que nunca es el mismo,
los huesos que todavía no son polvo.
Tenazmente te miro por mucho tiempo.
Todo es transformación agitada,
ya sin peso, sin vida ni riquezas,
desnuda mi alma corre al encuentro de tus ojos.
Invisibles, ajenos, reposo del joven Werther,
refugio de un pájaro solitario sin carta de navegación,
son estas hojas en blanco salpicadas de agua de sal
en este día de verano, lunes 9 de julio del año en curso.
Fotografía de Isabel Tallos
6 comentarios:
Lágrimas dolorosas de humanidad amada... realmente bello.
Gracias.
El pájaro más solitario y perdido, pero refugiado entre el agua y las hojas. Muy hermoso.
Mirar por una eternidad, en un instante... Imágenes bellas de un pájaro solitario que nunca perderá el rumbo si le acunan tus letras.
Besos desde mi orilla.
Tempus fugit y carpe diem. Lo único cierto y, quizá, la mejor solución posible.
Siempre agradezco tus visitas.
Un abrazo
...desnuda mi alma corre al encuentro de tus ojos...
siempre carpe diem, es lo que tenemos.
un abzo
Hermoso texto
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