
A veces me da por pensar,
por detenerme en la arquitectura
de las palabras y su significado.
¿Por qué llamamos, por ejemplo,
amor al amor o muerte a la muerte?
¿Quién dictó las leyes de las palabras?
¿Quién tuvo el poder de darle forma
a nuestros pensamientos?
No somos más que percha de una imagen,
palabras ficticias que como el agua
resbalan en busca de acción,
mejor dicho, somos ficciones.
Sentados en la butaca,
asomados a la ventana,
al blogger de la vida,
agua de mar, de lluvia o de río
esos somos: agua.
Fotografía de Carlo Ferroni
4 comentarios:
Comparto tus interrogantes sobre las palabras. De hecho, tengo un poema que habla también sobre el por qué las palabras significan lo que significan. Imagino que estamos repletos de convencionalismos desde que nacemos.
Un poema para la reflexión, José Luis, interesante y que, como las olas deja espuma tras su lectura.
Besos desde mi orilla.
Pero agua… transparente como ésta reflexión, que en ocasiones es mi reflexión propia…
... arquitectura de las palabras... genial
:) :)
Qué es antes el lenguaje o el pensamiento, o todo a la vez? La gallina o el huevo?
En cuanto a la metáfora de que somos agua, estoy de acuerdo, todo es un transcurrir."Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que el morir", decía Machado.
Un abrazo
Bueno, somos algo más que sombras en una caverna platónica.
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