Pasan las horas y el sueño tan deseado
alzada la mano como un niño, me dice adiós.
Pasan las horas y la excitada imaginación
vestida de engaño, es palpable locura y ojos
de tránsito: no sabe que yo sin sueño, fondo
de mar cualquiera, soy nada.
Pasan las horas y lento me estremezco
alejado de aquello que para mí es vida:
desesperanza en el olvido.
Ilustración, Mujer en la cama, Ron Mueck
No hay comentarios:
Publicar un comentario